¡No lo vas a creer!

Hoy día existe una farmacia de anticonceptivos en el mercado: píldoras, implantes, parches, anillos, dispositivos, preservativos…y siguen evolucionando. Pero en el pasado los métodos corrían como el rumor de ser infalibles, entre la magia y la publicidad de los vecinos porque les funcionó. Por ejemplo, en el antiguo Egipto las mujeres se embutían en la vagina una pasta irrespirable hecha con excremento de cocodrilo y leche cortada. Según los médicos de la época, esta plasta creaba un ambiente alcalino, mortífero para los espermatozoides…y para cualquier “cosa” que se metiera ahí. Otra práctica la extendieron las griegas, quienes bebían el agua que los herreros utilizaban para enfriar los metales fundidos. Muchas quedaron estériles…otras muertas por la toxicidad del plomo. Lo mismo hicieron las chinas de la época, pero tomando mercurio caliente y aceite en ayunas.

La historia está colmada de anticonceptivos caseros, de increíbles a inverosímiles hechos a base de heces y entrañas de animales, hierbas tóxicas, especias, metales pesados… y los infaltables intestinos de cerdo como condones o lo que realizaban las romanas del siglo ll d.C inmediatamente después del coito, ponerse en cuclillas y estornudar, para luego saltar siete veces lo más alto posible.

Hoy aquellos remedios caseros han dado paso al progreso, los avances en tecnología y medicina como lo es la misma vasectomía; un método anticonceptivo permanente, rápido, indoloro y hasta reversible. Tú decides, pero hazlo bien y seguro, sin que escuches historias ajenas y atentes contra tu salud.