Una creencia que se ha hecho muy popular es que la vasectomía causa daños específicos en el pene, testículos y funciones de ambos, como es el caso de la impotencia.

Sin embargo, el procedimiento con la disfunción eréctil nada tiene que ver, caminos distantes. La incapacidad de obtener una erección lo suficientemente intensa y duradera como para iniciar una relación sexual, mantenerla y terminarla como establecen los cánones masculinos, tiene raíces psicológicas y orgánicas. Entre las primeras están el miedo a fracasar en la cama, sentimientos de culpa, ansiedad, estrés, depresión, inseguridad por creer que no se va dar el ancho e infidelidad. En las causas físicas figuran enfermedades como la diabetes, colesterol alto, la arteriosclerosis (endurecimiento de las arterias, aun las del pene,) y el consumo de drogas o alcohol.

Uno de los sufrimientos más comunes en los hombres a cualquier edad, pues no sólo afecta su libido, sino también su ego y las relaciones íntimas con su pareja.

 NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 152 millones de varones en todo el mundo padecen DE,   cerca del 5% se vuelven impotentes alrededor de los 40 años, y del 15 al 25% antes de los 50.

No obstante, la medicina ha trascendido en soluciones como:

• Tratamientos psicológicos muy especializados, que incluye a la pareja.
• Inyecciones en el pene.
• Cirugías.
• Pastillas azules.
• Implantes como la famosa bomba hidráulica: dos cilindros dentro de las cámaras de erección  del miembro, los cuales drenan una solución salina que provoca el tan ansiado endurecimiento.

Así que si el rumor está alejando la resolución que ambos han tomado para planificar su familia o que tu soltería ha resuelto en beneficio de tu “egoísmo”, no hagas caso, infórmate, asesórate y decide o decidan.

La vasectomía no enfría el apetito sexual ni tus erecciones, no es castración ni mucho menos te remueve los testículos.